El manual de la buena esposa

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Sinopsis

«El manual de la buena esposa» es una comedia que habla, fundamentalmente, sobre la mujer española y los tiempos que le tocó vivir desde 1934 hasta 1977.

Pero también habla de las relaciones matrimoniales, la educación, el deporte, la invasión de las suecas, la religión, la censura, la radio, la sexualidad y hasta de los coros y danzas. El humor permite hablar de temas muy serios y eso es lo que nos hemos propuesto con esta obra. Los autores no juzgamos si aquellos tiempos fueran peores, tan solo nos limitamos a darle voz a tres mujeres que viven situaciones cotidianas y a través de ellas los espectadores serán quienes saquen sus propias conclusiones.

Las tres actrices se convierten en distintos personajes para representar esos modos de vida pertenecientes a un pasado cercano. Serán niñas, también jóvenes que aspiran a un puesto en la Sección Femenina, o aplicadas esposas que buscan la felicidad del cónyuge; o transgresoras de las normas establecidas en materia de religión o sexo. Son ingenuas, decididas, peleonas, concienciadas y dueñas de sus actos. En definitiva, mujeres de carne y hueso que viven en pos de un ideal, aunque a veces se las cuestione.

Los programas radiofónicos, la música de distintas épocas y las costumbres sociales están reflejadas en una obra donde los textos cuentan cómo vivían esas mujeres que aspiraban a ser algo en la vida. El resultado que se pretende es una obra fresca y original en la que las risas las deben poner los espectadores.

Nuestro objetivo es hacer reír y pensar a partes iguales.

Como dijo Mark Twain: «La raza humana tiene un arma verdaderamente eficaz: la risa»

Yolanda García Serrano

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Los creadores de esta obra, bajo la coordinación de Yolanda García Serrano, son seis de los autores dramáticos más en boga en la actualidad, alguno de ellos ya con éxitos absolutamente consagrados.

Son tres mujeres y tres hombres: Miguel del Arco, Verónica Fernández, Juan Carlos Rubio, Anna R. Costa, Alfredo Sanzol y Yolanda García Serrano.

Cada uno de ellos ha creado dos episodios, en total doce, que muy hábilmente unidos crean la obra como una unidad.

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Las actrices Llum Barrera, Mariola Fuentes y Natalia Hernández realizan un impresionante trabajo en esta función en la que, sobre todo, demuestran una vis cómica fuera de lo común que transmite a los espectadores un constante sentido del humor y en muchos casos una risa incontrolable.

Pero al mismo tiempo reflejan una época triste, oscura, difícil. La risa no impide, sino que potencia, el enorme dramatismo de la época.

Después de ver la obra parece imposible pensar en otras actrices que pudieran representarla con mayor talento dramático y cómico.

[/tab] [tab name=»Director: Quino Falero»]

Una propuesta teatral sobre «El manual de la buena esposa»

Durante muchos años las mujeres en España fueron educadas para ser buenas madres, buenas cristianas, buenas esposas, buenas patriotas; y además, obedientes, dóciles, caritativas, resignadas, alegres, diligentes, sufridas y honradas. Semejante adiestramiento estuvo a cargo de la Sección Femenina durante la dictadura franquista y se hizo omnipresente en la vida de las mujeres españolas de aquella época. Estas mujeres formaron su carácter a base de estas enseñanzas, aprendieron economía doméstica, reglas para satisfacer a los maridos, instrucciones para cuidar a los hijos y normas para servir a la patria. Pero también practicaron deportes, siempre acordes con la condición femenina, ayudaron en hospitales, en el campo, en las fábricas… y, por supuesto, se divirtieron con los coros y danzas. Para unas resultó un hecho glorioso y para otras se convirtió en algo insufrible, pero todas se vieron condicionadas por las lecciones de los manuales que instruían su educación.

Los documentos y las publicaciones de la época resultan tremendamente curiosos, en ellos se recogen normas, pautas, guías, obligaciones y deberes que despiertan el asombro desde una mirada actual, pero también provocan risa. Resulta inevitable reír ante esas reglas de adoctrinamiento, la risa como mecanismo de defensa ante semejante gravedad. Si privar a las personas de educación supone una tremenda agresión, más grave aún resulta al someterlas a un aleccionamiento determinado, basado en falsos principios y con intenciones claramente definidas.

En «El manual de la buena esposa» tratamos, en clave de comedia, un periodo que se extiende desde los años 30 a los años 70, inspirándonos en vivencias y supuestas situaciones que las mujeres españolas pudieron vivir y padecer en aquellos años de dictadura. Sobre ellas y sobre su educación es de lo que queremos hablar en esta función, teniendo siempre la risa como principal aliada. El sentido del humor nos permite librarnos de las emociones negativas y, al mismo tiempo, tratar en serio el tremendo retraso que supuso para nuestra sociedad que las mujeres se vieran sometidas y obligadas a representar un papel secundario y a cumplir tareas complementarias y de servicio hacia quienes se consideraban superiores a ellas.

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Para abordar este proyecto vimos la necesidad de contar con una serie de dramaturgos, tres mujeres y tres hombres, cediéndoles a cada cual la independencia para escribir una historia con personajes femeninos particulares en situaciones distintas. Que los autores de esta dramaturgia no se influenciaran entre sí, ni dependieran de una línea argumental predefinida, fue un pacto que instituimos desde el inicio del proyecto como algo fundamental. Pese a su variedad, el trabajo se refundió en un texto original y definitivo de manera orgánica porque todos los autores se embebieron de los sentimientos de aquellas mujeres. Para todo el equipo el resultado ha sido enriquecedor, substancialmente motivados por ese eje esencial de la mujer de entonces, la mujer sumisa que trabaja en silencio, que se sacrifica y vive para los demás, renunciando a su propia vida para ponerla al servicio del marido, de los hijos y de la patria.

Trabajando ahora la función con las actrices, mujeres que dan vida a aquellas otras de entonces, hemos reconocido claves, sentimientos, inquietudes y una dicha relativa que, para una mujer de la época, suponía tomar un impulso sin calcular el terrible retroceso: que una mujer bien vista, debía resultar, en definitiva, una mujer invisible.

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Producción Ejecutiva

Lazona es una productora de cine y de teatro creada en 2003 por Ignacio y Gonzalo Salazar Simpson. Nace con clara vocación internacional y pretende combinar nuevos talentos con talentos más consolidados.

En 2004 estrena la obra de teatro «El otro lado de la cama», teatro basado en el éxito cinematográfico del mismo nombre con libreto de Roberto Santiago y dirección de Josep María Mestres. La obra, estrenada en el Teatro Amaya, fue un éxito de crítica y público y estuvo de gira durante un año por toda España. Tras el éxito español, se han hecho dos adaptaciones de esta obra; en Italia, «L’altro latto del letto» y en Francia, «Open bed». A esta obra le siguieron otras producciones como «Gá-Gá» (ganadora de dos premios Max) y «J’arrive», de la prestigiosa coreógrafa Marta Carrasco, que ha recorrido tanto los escenarios nacionales como los internacionales, coproducida con el Teatro Nacional de Cataluña; «El sueño de una noche de verano», obra de teatro musical dirigida por Tmzin Towsend y protagonizada por Asier Etxeandia; «Cyrano», dirigida por John Strassberg con José Pedro Carrión como actor protagonista y «Baraka», dirigida por Josep María Mestres con Toni Cantó.

Desde 2008 comienza a distribuir tanto producciones propias como ajenas. Entre nuestras producciones destacan; «¿Estás ahí?», estrenada en octubre de 2008 en el Teatro Lara de Madrid, dirigida por Javier Daulte y protagonizada por Paco León y Clara Segura;»Piedras en los bolsillos» de Marie Jones, con Fernando Tejero y Julián Villagrán, que se estrenó en el Teatro Palacio Valdés de Avilés el 14 de Marzo de 2009, con la adaptación de Juan Cavestany y la dirección de Hernán Gené; «Toc Toc», la comedia revelación en Francia dirigida por Esteve Ferrer, estrenada en el Teatro Príncipe-Gran Vía de Madrid el 4 de Septiembre de 2009 y que esrena este próximo 26 de Agosto su tercera temporada;»Días estupendos», dirigida por el dramaturgo y director Alfredo Sanzol (nominado a cuatro premios Max en la última edición), que se estrenó el 23 de Septiembre de 2010 en la sala Francisco Nieva del Teatro Valle Inclán y con la que actualmente nos encontramos en gira.

En 2010 estrenamos en Marzo «Tartufo» de Moliere, con versión del premio nacional de traducción Mauro Armiño, dirigida por Hernán Gené y en el reparto: Paco Hidalgo, Nathalie Seseña, Cristina Castaño, Roberto San Martín y el propio Hernán Gené, estando en Madrid desde el 22 de Septiembre al 22 de Octubre en el Teatro Fernán Gómez.

En 2011 junto con la compañía La Ratonera coproducimos dos infantiles; «La Cenicienta», la cual se estrenó el pasado 29 de Octubre de 2011 en el Teatro Fígaro de Madrid, donde estará hasta finales de Enero de 2012, girando posteriormente y,»Caperucita Roja», la cual se estrenó el pasado 17 de Diciembre de 2011 en el Teatro Príncipe de Gran Vía.

En 2012 estrenamos dos producciones; «Guillermito y los niños ¡A comer!» el 25 de Enero y «El manual de la buena esposa» el 26 de Enero. Ambas están en el Teatro Lara.

Entre nuestras distribuciones destacamos; «El encuentro entre Descartes y Pacal el Joven», protagonizada y dirigida por Josep María Flotats; la producción del Teatro Español «Glengarry Glen Ross» de David Mamet, con dirección de Daniel Veronese e interpretado por Ginés García Millán, Gonzalo de Castro y Carlos Hipólito, entre otros; «El Proyecto Youkali», escrito y dirigido por Miguel del Arco, del que nos encargamos de la distribución de la producción Veraneantes, basado en «Los Veraneantes de Gorki», cuyo estreno fue en Abril de 2011 en el Teatro de La Abadía de Madrid. Destacamos también el estreno en Enero de 2011 en el Teatro Español-Sala pequeña de «El proyecto Laramie».

Además coproducimos la fundación siglo de Oro RAKATá «Dr. Faustus», con dirección de Simón Breden, que se estrenó en Febrero de 2012 en las Salas de los Teatros del Canal.

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En esta obra participan también las productoras; BITO, SABRE PRODUCCIONES, FLOWER POWER  e IMPALA.

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Para ser buena esposa déjele hablar primero – EL PAÍS

“Déjale hablar primero; sus temas de conversación son más importantes que los tuyos. No lo satures con problemas insignificantes”. Esto no es un chiste, es un extracto del Manual para la buena esposa, creado durante los años de la dictadura franquista por la Sección Femenina, la rama de mujeres que militaba en la Falange Española. El Teatro Lara acoge, desde ayer y de forma indefinida, una obra en clave de humor que tiene por título el nombre de esa guía.

El manual de la buena esposa, dirigida por Quino Falero, se forma con doce textos de seis guionistas —Miguel del Arco, Alfredo Sanzol, Yolanda García Serrano, Verónica Fernández, Ana Costa y Juan Carlos Rubio— que cuentan la educación que recibía la mujer entre 1937 y 1977, a cargo de la Sección Femenina. “La mujer debía ser invisible”, manifiesta Falero. “Llevamos un año trabajando y cuanto más leo, más me asombro. Es una historia para contar”.

La obra está basada en hechos reales, documentada con artículos, tesis y entrevistas con mujeres que vivieron la época. Falero opina que aún no se ha hecho la labor de reírse de ese periodo y que es necesario para borrar el pasado y caminar hacia el futuro. Pensó que el único modo de contarlo era a través de la comedia, “con cuidado y sin frivolizar”.

“El sentido del humor nos permite librarnos de las emociones negativas y, al mismo tiempo, tratar en serio el tremendo retraso que supuso para nuestra sociedad que las mujeres representaran un papel secundario”, relata.

Tres actrices, Llum Barrera, Mariola Fuentes y Natalia Hernández, interpreta a esas mujeres reprimidas, tanto las que tendían a rebelarse como a las que apoyaban el ideario del régimen. Sus personajes incluyen mujeres de todas las edades y condiciones, desde niñas inquietas por el futuro en plena Guerra Civil, hasta jóvenes preocupadas por la sexualidad ya con la dictadura consolidada.

Falero cuenta que hizo un ensayo general en el teatro frente a amigos y familiares. Al terminar, una mujer de unos 75 años le comentó lo mucho que se había reído pero también reconoció que algunas partes le habían dado escalofríos. Los recuerdos todavía duelen. Otra de las espectadoras, una joven de entre 20 y 25 años, le pidió al director que dijera en algún momento de la obra que todo eso pasó de verdad. “Muchos de mi generación no saben nada de esto”, le contó.

La lucha por la igualdad todavía sigue y esta obra permite conocer un pasado no tal lejano. La mujer ya no es invisible pero el camino no ha terminado.

María Comes – EL PAÍS

«El manual de la buena esposa»: Femenino plural – LA RAZÓN

Alejada de la memoria histérica, la idea de «El manual de la buena esposa», un repaso a la España de la Sección Femenina del franquismo que marcó la vida de tantas mujeres, se revela fresca y acertada. Una prueba es que el público ríe a base de bien con este popurrí de doce escenas que, como un «Florido Pensil» de amas de casa y jóvenes  casaderas, ha escrito con ingenio un sexteto cargado de talento: ignoro  quién escribe qué sketch, pero no me extrañaría que Miguel del Arco anduviera detrás del de las jóvenes que espían escandalizadas la ducha comunitaria de unas alemanas.

Yolanda García-Serrano podría firmar el de la locutora de radio feminista y Juan Carlos Rubio el de la folclórica que ha de cantar una copla adoctrinante, aunque también podrían ser obra de Ana R. Costa o Verónica Fernández. Y todo el espectáculo parece hecho a la medida de Alfredo Sanzol, en especial la charla entre tres niñas a punto de hacer su Primera Comunión. Una mezcla hilarante de recuerdos, folclore  y postales ideológicas va dibujando una España kitsch que logra hacernos sonreír gracias a un puñado de divertidísimos textos y a tres actrices con una vis cómica enorme: Llum Barrera, Natalia Hernández y Mariola Fuentes lo bordan y se lo deben de pasar en grande en escena.

Miguel Ayanz – La Razón

Coros y chanzas – EL PAÍS

La Sección Femenina nació al amparo de Falange Española y de las JONS, pero tras la Guerra Civil creció y se convirtió en el organismo de la dictadura franquista encargado de adoctrinar a las mujeres en el ideario nacionalcatólico y en educarlas en labores del hogar. En su revista, y en los libros de Formación del Espíritu Nacional, podía leerse: “La función de la mujer es servir” o “La vida de toda mujer no es más que un eterno deseo de encontrar a quién someterse”. Aunque el régimen hoy sea otro, la dialéctica del sometimiento sigue vigente en capas profundas de las relaciones humanas: no hay más que ver cual es el repetitivo esquema argumental de una mayoría de videos porno, o la consistencia de las desigualdades salariales entre mujeres y hombres.

Con la sana ambición de hacernos reír con lo serio, en El manual de la buena esposa seis autores actuales relativamente jóvenes, tres de cada sexo, pasan revista a 45 años de sección femenina (1934-1977) a través de una docena de sketchs costumbristas con pellizco político interpretados por tres actrices cómicas fulgurantes: Llum Barrera, Natalia Hernández y Mariola Fuentes. Cada autor ha escrito una o más historias independientes, anecdóticas algunas, otras con sustancia, chispeantes casi todas, que entretejen una divertida panorámica femenina de nuestro pasado próximo.

Por el escenario desfila un trío de niñas puñeteras que podrían ser abuelas en la actualidad, dos hijas de padre republicano que llaman a las puertas de la Sección Femenina urgidas por el hambre; una cantante recortada por la censura; una jovencita con candidiasis; una apologista del Generalísimo… El trabajo de las tres intérpretes, desopilante, tiene momentos de bravura: Llum Barrera, cantando lo que le dejan de Échale guindas al pavo; Natalia Hernández y Mariola Fuentes, en su tour de force orgásmico hospitalario…

El espectáculo se merecería que entregasen un programa de mano donde aparezca el nombre de cada autor junto al título de las escenas que ha escrito. Resultan especialmente afortunadas Elogio de la aguja,de Verónica Fernández, Deslices de flecha, de Anna R. Costa, y Nazis desnudas, comedia con la impronta dialéctica de Alfredo Sanzol. Yolanda García Serrano ha escrito tres piezas de engarce breves (estupenda Gimnasia radiofónica) y un chispeante baile final, que cierra el espectáculo en alto. El público sale encantado, con fundamento.

Javier Vallejo – EL PAÍS

La perfecta casada – El Cultural de El Mundo

Tiene el sello de Alfredo Sanzol, pero la autoría es compartida con otros nombres del momento como Miguel del Arco, Juan Carlos Rubio, Yolanda García Serrano, Verónica Fernández y Anna R. Costa. Ignoro cómo se han repartido el trabajo para tan gozoso resultado; pero tiene la estructura de sketches propia de En la luna y parecida temática: Falange y nacionalcatolicismo rectores de la vida española en los años cuarenta y cincuenta. Después con el desarrollismo y con los tecnócratas del Opus Dei en el poder, la Falange perdió gas. Sorprende que, al hablar de mujer y franquismo, El manual de la buena esposa, se olvide del Opus de Carrero y López Rodó: el no papel de la mujer en el Obra. Sin entrar en otras consideraciones, El manual de la buena esposa demuestra que había mandos, o mandas, de la Sección Femenina aficionadas al ludibrio y la fornicación. Una cosa es predicar y otra es dar trigo.

Lo indiscutible es el talento, la vis cómica de Llum Barrera, Mariola Fuentes y Natalia Hernández. Se derraman en el humor, pero cuando llegan momentos serios, como Fuentes y, sobre todo Hernández, en el sketch del consultorio sentimental, cambian de registro con naturalidad. Y si hay que llegar al exceso, como la parodia de Lola Flores y Échale guindas al pavo, con Llum Barrera, pues se llega.

Estas pautas de conducta y otras para ser español intachable eran de una estupidez sonrojante. Pero estaban ahí, aunque El manual de la buena esposa roce la caricatura. A los menores de cuarenta años no les dice nada; el franquismo lo ven tan lejano como la Inquisición. Nos queda de franquismo lo que nos queda de inquisidores, es decir los genes de una raza cainita. Eso es lo malo de los políticos y de obras tan divertidas como ésta; que el compromiso político sigue girando sobre franquismo y antifranquismo. Sobrevivimos a aquello; ¿sobreviviremos a una democracia pervertida por la traición de la izquierda y por la derecha montaraz? Ahí quiero ver el compromiso del joven teatro español.

Javier Villán – El Cultural

EL MANUAL DE LA BUENA ESPOSA, o cómo saber reírse de los tiempos pasados con estilo

Tres mujeres interpretan doce textos de seis actores en un fantástico manual para pasar una divertida tarde con la vista puesta en el pasado. Llum Barrera, Natalia Hernández y Mariola Fuentes interpretan fantásticamente todos esos diferentes arquetipos de la mujer española relacionados fundamentalmente con la Sección Femenina, desde 1934 hasta 1977. Sketches de doble fondo, divertidos y críticos a un tiempo, escritos por Miguel del Arco, Yolanda García Serrano, Verónica Fernández, Anna R. Costa, Juan Carlos Rubio y Alfredo Sanzol. Mucho recuerda este Manual a ese “En la luna” de éste último, obra también estructurada en sketches, con cierto aire y estética en común. Y con el que también era imposible para de reír. Porque básicamente este espectáculo es una comedia pura y dura. Y de las buenas. El director Quino Falero logra imprimir un fantástico ritmo a la función, que transcurre en un escenario bastante sencillo, compuesto por una pared empapelada con papel floreado, con una ventana y un par de puertas y algunos elementos más de atrezzo, pero poco más. La iluminación y el fantástico vestuario hacen lo demás (hay que decir que será una delicia para aquellos amantes de la moda “retro”, ya el número de modelitos que utilizan las actrices cambiándose a la velocidad del rayo es tremendo). La estructura, que alterna las escenas con algún que otro número musical, es perfecta, así como su duración. Por no hablar de las tres actrices, que interpretan a las mil maravillas cada uno de esos personajes con una increíble vis cómica. Ya lo sabíamos de Llum Barrera y Mariola Fuentes, pero para mí en particular ha sido una gratísima sorpresa la confirmación de Natalia Hernández como un enorme talento cómico a tener muy en cuenta. Escenas como la de las monjas viendo a las alemanas en la ducha, el programa radiofónico realizado por la mujer tradicional y su cuñada feminista, la exploración ginecológica o esos anuncios en los que se muestra cómo la mujer puede hacer gimnasia mientras limpia la casa son joyas cómicas además realizadas con estilo y buen gusto. Un espectáculo de entretenimiento perfecto y altamente recomendable para evitar el frío de la calle a base de carcajada limpia.

El manual de la buena esposa: catarsis por la risa – Madridiario

Si hace quince años El florido pensil desentrañó mediante el humor la memoria escolar de los niños de la posguerra, ahora El manual de la buena esposa nos permite reírnos de los avatares que sufrieron las niñas y mujeres españolas en la misma época. En el teatro de Lara se produce cada tarde una catarsis hilarante, liberadora para las féminas y descacharrante para todo el público.

Volviendo la vista atrás los condicionantes y tabúes para las mujeres españolas nos parecen realmente terribles. Pero este es un espectáculo terapéutico: el humor ahuyenta los fantasmas y el tiempo diluye los malos recuerdos. Además, estamos ante un espectáculo teatral protagonizado por tres extraordinarias actrices, poseedoras de un gran talento y comicidad: Llum Barrera, Mariola Fuentes y Natalia Hernández. No sería justo destacar a una sobre otra. Las tres clavan sus chistes, se transforman, se divierten tanto que las carcajadas no paran. Sí es cierto que algunos textos son más eficaces que otros. A mí me parece extraordinaria la versión censurada de la canción “Échale guindas al pavo”, una joya en cinco minutos. Como también es muy afortunada la gimnasia hogareña durante las tareas domésticas. Algunas, como las duchas y las alemanas, ganarían con menos duración. El final, con las actrices en plan Coros y Danzas de la Sección Femenina es de lo más surrealista que hemos visto en las últimas temporadas. Sobresaliente recuperación del léxico castellano a cargo de Yolanda García Serrano.

Todas las historietas tienen un fondo amargo, fruto de la represión que retratan. Pero los autores –y el director Quino Falero- no han querido hacer un retrato sombrío o depresivo. Son doce instantáneas a las que se ha eliminado el color sepia. El ritmo del montaje es excelente por la intercalación de historias cortas con otras de más enjundia. Los noventa minutos se pasan volando y es sumamente gratificante ver partirse de risa a mujeres que, sin duda, sufrieron todo lo que se cuenta en el escenario y mucho más.

Antonio Castro – madridiario



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